miércoles, 2 de julio de 2008

adios

La oración nos pone en contacto con Dios y nos orienta como una aguja imantada hacia la estrella polar del Espíritu. Nos da un foco de atención, unidad, propósito. Descubrimos la serenidad, la sólida firmeza de la orientación de vida. La oración nos introduce al santuario subterráneo del alma donde escuchamos el Kol Yahwe, la voz del Señor. Pone fuego en nuestras palabras y compasión en nuestros espíritus. Llena nuestros andar y hablar con vida y nueva luz. Comenzamos a vivir las demandas de nuestro día, perpetuamente inclinados en alabanza y adoración.

Las personas pueden percibir esta vida del Espíritu aunque puedan no saber qué es lo que sienten. Afecta los tonos afectivos de nuestra predicación. Las personas pueden discernir que nuestra predicación no es una actuación de treinta minutos sino la perspectiva de una vida. Sin esta oración, nuestra exégesis podrá ser impecable, nuestra retórica magnética, pero estaremos secos, vacíos, huecos.

hola

Te amo
Te amo a tu lado o en tu ausenciaen la realidad o en el sueñoen la intimidad del rincón amableo ante el formidable arrullo del maren la noche iluminada o negrao punteada de estrellas interrogantesen el momento maravilloso o turbio del maren el estupor meridiano del díao en el pensamiento crepusculario del oroen todos los sitios, en todas las horas.
Te he dicho las palabras que creíno iba a pronunciar jamásy por todas estas cosas te digo: Te Amo



mos por el mundo tomados de la mano

Iremos por el mundo tomados de la manoen la azul primavera del sol alegre y claro.
Cuando los arroyos corren suaves y mansos;cuando las flores engalanan los prados;cuando en los árboles hacen nido los pájaros;cuando al sentir de la vida se cierran nuestros párpados…en la azul primavera del sol alegre y claro.







En el invierno crudo del sol triste y opaco;cuando sacude el viento las copas de los álamoscuando el campo se cubre con el blanco sudarioque tejiera la nieve cayendo en copos blancos;cuando junto a la lumbre discurren los dían lánguidosen el invierno crudo del sol triste y opaco…
Cuando llevemos llena el alma de entusiasmosy cuando la entristezcan crueles desengaños…
En los días de ventura y en los de pena amargos;juntos siempre; diciéndonos, amor, que nos amamos,iremos por el mundo tomados de la mano.


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